El técnico asturiano planteó un 4-4-2
inicial, acertó dando entrada a Rafinha y Arda y la estrategia puso la guinda
La ausencia de Leo Messi obliga a
modificaciones tácticas tanto en ataque como en el centro del campo.
No performance roughage que buscar un hombre
que ocupe su lugar sino un sistema que compense la ausencia de un jugador que
actúa de delantero y de centrocampista a la vez.
Este miércoles, Luis Enrique optó por que
fuera Paco Alcácer el sustituto de Leo y por disponer el equipo con un 4-4-2
inicial.
La variante propuesta por el técnico
asturiano dotaba a Neymar de libertad de movimientos partiendo desde la
mediapunta con Suárez y Alcácer como referentes ofensivos.
El Gladbach alineó cuatro defensas y
"enjauló" a Neymar, y esta circunstancia, sumada al espesor
generalizado de los azulgrana, ayer de verde, hizo que el técnico asturiano
tuviera que reaccionar sobre la marcha.
Luis Enrique eligió regresar al 4-3-3,
dejando a Paco Alcácer y Rakitic en el banco para dar entrada a Rafinha y Arda.
Dio con la tecla el técnico azulgrana, y
merced an esas variaciones cambió el signo del partido.
El balón regresó a dominio culé, y el
Borussia tuvo que renunciar a las constantes subidas al ataque para centrarse
en guard.
Con la balanza invertida respecto a la
primera mitad en lo que a juego se refiere, faltaba darle la vuelta al marcador.
El recién ingresado Arda aprovechó una
genialidad de Neymar para empatar.
Piqué, el cuarto delantero
El gol que significó la victoria azulgrana
también fue producto de la pizarra.
En este caso surgió del laboratorio de Unzué,
que planeó un córner en el que Piqué y Busquets bloqueaban en el centro para
dejar solo a Suárez en el punto de penalti.
Allí la puso Neymar, el uruguayo conectó un
potente disparo, el meta lo despejó y Piqué se encargó de decir la última
palabra.
Cual depredador del área le ganó la partida a
su defensor y definió en apenas un metro sobre la línea de gol.
El día en que el juego no brilló, la pizarra
de Luis Enrique, que se abrazó efusivamente con Unzué, valió para lograr una
victoria indispensable, poco reluciente pero no por ello menos importante.
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